Cuerpo femenino y deseo

El tema del cuerpo es sumamente complejo, así, que lo que aquí escribo, tiene múltiples interpretaciones. Y existen varios enfoques que, si se engloban varias perspectivas, se puede llegar a tener un panorama más certero.
El cuerpo de la mujer es tanto sensual, y poderoso por el deseo que suscita en el otro. Además, existe la posibilidad de volverlo erótico, cuando se comunica con sentimiento romántico.
Y en este sentido, se puede abordar el tema del cuerpo de mujer con la vestimenta que usa. Y ahí, aparecen cientos de problemas. No se puede creer que el cuerpo de la mujer es algo inocente, es altamente erótico, invita a la vida, al amor, a la expansión y al crecimiento del alma. Habrá algunas mujeres que quieran transitar por los placeres excelsos del erótico romántico. En ese ámbito, va a producirse una efervescencia de sentidos, de placeres y una fusión del alma erotizada; así, que sólo el cuerpo de la mujer puede conducir al cuerpo del hombre, a cumbres de placer divino, por eso es sumamente poderoso.
Si una mujer se viste con ropa, escotada, entallada, con super minifalda o pantalón entallado, no puede pretender, que “no pasa nada”. Pasa mucho, pues inevitablemente, las caderas, los senos, los pezones, son de gran atractivo para los varones, no se puede ignorar que cause una gran emoción de forma biológica en los varones. Esto no los justifica para cometer abuso sexual, hostigamiento o violación. Pero es necesario reconocer por ambos sexos que es sumamente poderoso el cuerpo femenino, y entonces, se pide control del apetito por parte de los hombres, se les pide autodominio y quizá ¿qué se puede pedir a las mujeres? Aparece un desafío enorme, al salir a la calle o a una fiesta con ropa muy llamativa, esperando el total control de deseo por parte de los varones; si bien, es sumamente deseable que el hombre supiera contener su deseo, la verdad, es que los hombres no han sido educados para controlarse, y otros tienen desatado el instinto, quizá por una autoestima muy baja. En fin, el tema es completamente complejo y también polémico. No sé si pueda haber acuerdos. Pero si tengo esperanza de que haya reflexión en un tema sumamente importante.
No existen dos cuerpos iguales de mujer. Cada una puede ser deseada de diferente manera. No hay códigos de vestimenta. No existe código moral de lo que puede ser un buen vestido.
Hay una diferencia impalpable entre lo provocativo sexual y la sensualidad sutil, a mí me parece que ésta tiene más poder. Pues aparece en esas regiones del espíritu que encarna en la piel, en la imagen que se muestra y se oculta, que seduce y encanta. Lo cual puede conducir a una sexualidad en la pareja, en la cual los dos estén de acuerdo, cuando sus sentimientos son mutuos y ambos se sienten tan atraídos y enamorados que desaparece la violencia.
Otro ejemplo problemático aparece, en el uso del brasier, en un artículo C Rubin, Women Don´t Want To Be harnessed) 18 Marzo 2021) en The New York Times, explica que, en la pandemia, muchas mujeres han dejado de usar el brasier y pareciera que no desean volver a usarlo.
En el artículo se explica que las compañías de lencería se han interesado en la fabricación de sostenes que no lastimen a las mujeres, pues se sabe que muchas mujeres se sienten físicamente incómodas, pues la mayoría de los brasieres llevan aros o aprietan y casi ninguno ofrece la talla adecuada.
Sostiene Courtney Rubin, que el uso de brasier implica que se tiene que ocultar el pezón, pues se usa para no “incomodar al varón”, es decir, que no se “distraiga”. Así, entonces, estos asuntos llevan a cuestionar algunos aspectos del cuerpo de la mujer. No porque sea la “culpable” sino porque el varón no ha sido educado para admirar la belleza de la mujer, y no abusar.
Si las mujeres quieren dejar de usar sostén, habría que mantener a la par, una fuerte propaganda, publicidad, educación para que los varones, aprendan a controlar su impulso sexual ¿cómo? Creo que sólo existen técnicas en las tradiciones orientales. En occidente se le da carta de “legitimidad” a los varones, en el uso de su sexualidad y hasta se propaga más con la pornografía.
Pienso que debemos tener presente que el cuerpo de la mujer es sumamente poderoso, pues posee una energía descomunal. Nadie puede resistir su seducción. Y creo que inconscientemente el hombre quiere acceder a tanta belleza, para acceder a un mundo verdadero, pero se equivoca, en querer poseerlo, pues tiene que ser consciente, de que, para poder tocar a una mujer, ella debe quererlo y compartir sentimientos comunes.
Desde luego que cuantificar qué es sexy y qué no, es muy subjetivo. Pero del cuerpo de la mujer, nadie puede decir que es algo neutro, si las mujeres hoy quieren vestir como ellas quieren, lo cual es legítimo, a la vez, tienen que ser responsables, tanto como los hombres. Por un lado, hay un deseo que surge con el cuerpo de la mujer, y existe un deseo masculino que tiene que manejarse, y auto dominarse.
El cuerpo de la mujer implica que eres como quieres ser, que te vistes como quieres, pues ha de implicar que te gustes y que te guste quién eres o quien reflejas. Así, que el asunto tiene varios perfiles y mirar todas sus aristas es complicado y plantea serios problemas. Pues es verdad que como mujer puedo vestirme como yo quiera, pero no puedo pretender ser inocente y decir si salgo con una blusa escotada y si se me transparentan los pezones, desde luego que es algo sumamente atractivo, pero no puedo decir, soy libre y no saber que es muy provocativo, esto no quiere decir “pecaminoso” simplemente desata resortes inconscientes del varón, insisto, no lo justifica para hostigar ni violar. Pero hay preguntas que, al no haberse planteado, no se ve el camino de empezar a solucionarlas. Cabe preguntar ¿cómo educar a los varones desde la infancia a respetar a las mujeres? y ¿qué hacer con el deseo que despiertan los senos o las caderas de las mujeres, para que ellas sean libres de vestir como les gusta sin suscitar violación?
A mi manera de ver, necesitamos conectarnos con la naturaleza, pues el machismo en parte se debe, a un varón disociado de la armonía con la naturaleza, y sólo actúa por su instinto ciego. La civilización occidental, con sus químicos venenosos de la industria alimenticia, envenena el cuerpo y el cerebro del varón, y entonces actúa ciegamente cuando es agresivo. Es necesario que el alimento sea natural, en todo sentido, para que sus hormonas funcionen equilibradamente y su cerebro controle su instinto ciego.

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