Cierto feminismo, tiene una cariz capitalista
El feminismo, ha presentado la visión capitalista, en el sentido de rechazar la imagen de la maternidad, porque ésta en sí misma no es productivista, ya que no genera capital.
Un tipo de feminismo, nos envía una imagen de la madre, como un ser que se ha negado, que es sumisa, y huele a hormonas; y ese biologicismo rechazado, criticado y denostado, responde a una imagen capitalista. En cambio el feminismo propone o una mujer guerrera o empresaria o académica de alto nivel, que al igual que el varón “alfa” es conquistadora y avasalla con sus proyectos en industrias, oficinas y empresas.
También el feminismo, al menos una corriente, es “capitalista”, porque rechaza la naturaleza, el capitalismo, se coloca más allá de la Naturaleza; así que en esta argumentación, la madre que está sujeta a la biología, a la especie, se convierte en esta visión como un ser degradado. Simone de Beauvoir lo explica con mínimo detalle, el trabajo de la ama de casa es nada, es rutinario, sin sentido. En la visión del capitalismo, se valora cuántas ganancias se pueden aportar, y lo importante es la acumulación del capital, y entonces, estar a expensas de la especie, cuidar a los críos y amamantar, es algo que no posee valor de cambio.
Esto que expongo, -no significa de ninguna manera- que estoy sugiriendo que todas las mujeres deban de ser madres. Pienso que requerimos una nueva visión que admire lo femenino, basada en el fundamento de la Naturaleza, es hora de que nos conectemos espiritualmente con la Naturaleza, que volvamos a tener una sabiduría espiritual, que se ha perdido a causa de la noción de “civilización” depredadora. El capitalismo materialista y un cierto cientificismo, han abusado de la Naturaleza, considerándola materia inerte y de uso, solo para finalidad mercantilista.
Reconciliarse con la Naturaleza, fuente de riqueza, de vida y de salud; nos llevaría también, a reconciliarnos de manera valiosa con la naturaleza de la mujer, que si, por supuesto es biología, pero como fuente de vida y poder, y no de abnegación como lo vio el primer feminismo, y muchos de los feminismos sostienen aún, el rechazo a la biología, por un error de mirada; ya que Naturaleza y biología son fuente de energía y vida.
En estas visiones, la maternidad, sólo está vinculada al plano íntimo del hogar; en una etapa, es necesaria esta intimidad, pero por otro lado ¿por qué no ver con agrado que las madres estuviesen con sus hijos en sus trabajos, una linda miga Eli Sui, una vez, compartió una foto que me cautivó, estaba dando una conferencia con su hija bebe en sus brazos.
Cambiar la mirada de la madre, sin verla abnegada, sumisa, sufrida, violada con un trabajo rutinario y sin sentido, por una mirada amorosa y llena de plenitud, es muy posible que pueda ir cambiando el mundo a una vida de calidad.
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Hola MarÃa:
Te comparto mis ideas al leer tu texto: Creo que el capitalismo, asà de general, como lo manejas tu, âel capitalismoâ no se ha opuesto antes ni ahora contra el incremento de la maternidad. Y como te refieres también a que para el capitalismo âlo importante es la acumulación del capitalâ debo decir que lo importante para el capital no es su acumulación (la acumulación originaria, la acumulación histórica ya se realizo siglos atrás) ahora lo importante para el capitalismo es su expansión, la expansión y el crecimiento sin lÃmite de la ganancia, la explotación del aumento de las tasas de ganancia, la explotación de la productividad que siempre debe crecer. Y emparejado a ello entonces esta el consumo, el consumismo y el crecimiento incesante de los productos y de quienes su vida esta destinada a su consumo.
Dicho de otra forma: en ningún paÃs, en ningún lugar actualmente, el sistema capitalista ha dejado de promover a la maternidad: en China que se contuvo por años, la polÃtica ha cambiado y el número de hijos no se limita como antes. En muchos paÃses de Europa, donde ha bajado el nacimiento de los locales, se premia monetariamente o con otros medios a las mujeres y parejas que deciden embarazarse. Es verdad que muchas instituciones médicas y sanitarias, nacionales e internacionales han buscado y tenido cierto éxito en promover los métodos anticonceptivos y la interrupción voluntaria e incluso involuntaria de los embarazos, pero estas instituciones, aunque son parte del capitalismo, no son âel capitalismoâ sino uno de sus componentes y no el que determina a los demás.
Esa promoción de los medios (capitalistas es cierto) de mujeres ejecutivas, guerreras, cientÃficas sin hijos, es sólo una idealización de ciertas mujeres, que si bien da o muestra comportamientos diferentes, se sabe a sà misma limitada en su realización a un pequeño estrato social. A nivel de cada paÃs hay sus caracterÃsticas especiales. En Italia por ejemplo, las mujeres con cierta educación y nivel de vida deciden no tener hijos, pero como en otros paÃses europeos las inmigrantes siguen teniendo una prole abundante, las mujeres musulmanas que también son capitalistas no comparten masivamente la idea de quedarse sin ser madres.
Entonces se trata de una cuestión compleja y por supuesto contradictoria: mujeres que se han auto devenido en sujetas, en el sentido de que han ganado en autonomÃa en sus conciencias y deciden en mejores condiciones si son madres o no lo son (se tratarÃa de un grupo menor en número) que también realizan en la mayorÃa de los casos al sistema capitalista. Y un número gigantesco de mujeres que se encuentran en condiciones de cosificación o autocosificación que no asumen o no pueden asumir una decisión sobre sus propios cuerpos.
Mujeres paridoras, mujeres conscientes de su decisión de ser madres son âusablesâ por el capitalismo, a todas les vende e integra, a unas toda la parafernalia de los niños y sus cuidados y a las otras sus artefactos de confort y usos diversos. Entonces el capitalismo no esta en contra de la maternidad como sistema como se dijo ya arriba, su funcionamiento, su estructura es otra.
En su contexto histórico, hace cerca de 70 años, Simone cuestionaba a las mujeres, que a mi me gusta llamarles âparidorasâ, aquellas que tenÃan hijos por seguir dispositivos que naturalizaban a las funciones reproductivas de las mujeres, sin cuestionárselo o por âmala feâ, por un autoengaño. No conozco un texto de Ella en donde niegue la posibilidad de tener una maternidad creativa. Creo que si se puede afirmar que tampoco la promovió, pero es diferente.
Estoy de acuerdo en la revaloración que propones de las posibilidades de las mujeres, en concreto de una revaloración de la maternidad y esa âadmiraciónâ que bien tan bien señalas. Y por supuesto de la revaloración de nuestra relación con el mundo natural del cual formamos parte. No creo que haya feministas en contra de la biologÃa, sino del uso que se hace de ella para fijar destinos, el uso para enmascarar condiciones que son históricas y se quieren hacer pasar como naturales e inmutables.
Saludos
antonio
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